Buenas Secret Adict@s,
Se me está pasando el 2018 muy rápido. Pienso que la vida pasa tan rápido o que nosotros hacemos que pase así que a veces da hasta miedo. Llevo pensando tiempo en una cosa: empecé con el blog en el año 2011, ya son 7 años que llevo con él, para mí es como un hijo. El blog ha cambiado, yo también y mucho y a veces pienso y digo, ¿sigo con esto o ya paro? Pero no me gustaría dejar esto, porque me ha dado muchas alegrías, he conocido a mucha gente gracias a este medio y cada día aprendo cosas nuevas, cómo mejorar y atraer a más público.
Cuando digo alegrías digo de todo tipo, porque en estos años me ha pasado de todo, pero sin duda me quedo con este año, el 2018 porque como última noticia fue de parte de la firma de patatas KETTLE CHIPS que me dio la sorpresa que me había tocado el sorteo que estaban haciendo en su perfil. ¡No me lo podía creer! Un sorteo no, un sorteazo, porque era una experiencia gourmet, y bueno, sólo puedo decir maravillas, que todavía sigo recordando el buen fin de semana que pasamos mi marido y yo con esta bonita experiencia.
Antes de comentaros mi viaje quería contaros cómo conocí la firma y es que ellos se pusieron en contacto conmigo y me enviaron un paquete super grande lleno de bolsas de patatas. Mi hijo en cuanto lo vi se le hizo los ojos chiribitas y lo primero que hizo fue abrir una bolsa y se la comió casi entera y no me extraña, porque una vez que empiezas no quieres terminar de comerlas, porque están buenísimas :). Así comenzó todo y cuando vi que estaban sorteando esa experiencia gourmet no me lo pensé dos veces, allá que me apunté y finalmente, por suerte o como queráis llamarlo me tocó. ¡Salté de alegría porque hacia tiempo que no me tocaba nada! Y por fin llegó el día esperado.
Teníamos varias opciones del lugar para disfrutar y entre ellas elegimos Valencia, por cercanía y porque es una ciudad que a mi marido y a mí nos encanta. Incluía traslados de casa a la estación de tren, taxi al hotel, al restaurante, la cena en el restaurante y luego la vuelta lo mismo, traslados y me sentí como una reina, fue todo un lujo. Además ese fin de semana nos hizo muy bueno, un sol espléndido, era el día perfecto.
El hotel donde nos hospedamos era el ONE SHOT PALACIO REINA VICTORIA , en pleno centro y la verdad que es una maravilla de hotel y muy original por los detalles. Este hotel es todo un icono, ya que fue el primero que se construyó en la ciudad, así que imaginaros. La fachada de estilo clásico, con sus reformas como es lógico ha sabido enamorar a los clientes, porque es tan bonito y elegante. Entras, cada detalle como está decorado, las habitaciones, muy amplias y una decoración sorprendente.
Nosotros estuvimos en la habitación estándar Suite, que tenía unos 35, mucha amplitud y con un diseño muy sofisticado. Los que habéis seguido en todo momento en redes habréis visto que lujazo de hotel y todo bien cuidado. Sin duda, un hotel para volver.
Dimos un paseo porque llegamos por la mañana, recorrimos las calles de Valencia, estuvimos por varios barrios y donde comimos fue en el Mercado de la Tapineria, que ya lo vimos la última vez que fuimos pero no pudimos pararnos a fondo y la verdad que es una zona de lo más joven y con lugares para comer con mucho encanto.
Llegó el momento esperado, la cena en EL POBLET, Restaurante del chef Quique Dacosta, estrella michelín, el cual fue todo un lujo. Cocina innovadora, fiel a la filosofía de la casa y dirigido por un gran equipo como Luis Valls (Jefe de Cocina), Teresa Pérez (Jefa de Sala y Sumiller) y Manuela Romeralo (Gerente y Sumiller). Un trío que sabe llevar perfectamente la gestión, el servicio y mantenernos a lo clientes en todo momentos satisfechos con cada degustación.
En cuanto a la Carta hay mucha esencia de Quique Dacosta y otra creada por el propio Luis Valls. Yo sinceramente salí encantada con la degustación, que en ese caso fue el Menú Degustación El Pobet, cono 7 platos y su armonía de vinos. Con cada plato, sabores exclusivos, sorprendente presentaciones y es que cada uno de ellos era esencia para nuestro paladar.¡Nunca había probado nada igual!
Tienen un gusto exquisito por los platos, en cuanto al emplatado y es que no dejaron de sorprendernos en toda la cena. No pudimos decir que ningún plato no nos gustaba, todo al contrario, incluso en algunos decíamos mi marido y yo que nos gustaría haber repetido. Se nota cuando detrás de cada uno hay personal cualificado, de los mejores.
A continuación os enseño el menú que degustamos en El Poblet:
Menú El Poblet
Secuencia de siete bocados singulares
Sopa de tomates verdes emulsionados con hierbas frescas y gambas “pato”
Cubalibre de foie con escarcha de limón y rúcula
El bosque animado
Salmonete de roca a la llama con jugo de cítricos y calabaza
Arroz variedad Senia de algas y morralet con emulsión de ortiga y su "socarrat"
Mollejas de oveja guirra caramelizadas, cebollas asadas y leche de chufa
La calabaza asada
Petit fours
Ya con los nombres te anima a probarlo todo y como soy amante de la buena cocina, pues todo me pareció increíble. Es otro concepto a lo que estamos habituados a degustar, pero creo que por lo menos una vez en la vida hay que hacerlo.Sinceramente, todo estaba impresionante, una cena de lo más acogedora porque nos trataron fenomenal y porque estaba todo muy sabroso y la originalidad de los platos es lo que nos llamó la atención.
Mucha gente me ha preguntado si volvería y la respuesta es sí rotunda. Tener la posibilidad de vivir una experiencia gastronómica así merece la pena. Es única y es que de verdad conocimos la esencia de El Poblet, el placer de la buena comida y el comer. Con cada plato despiertan los sentidos, te atreves cono todo, vives cada momento, cada sabor y la percepción no es la misma. Lo ves, pero el sentirlo en la boca, la textura, el aroma es otra cosa. ¡Una experiencia de lo más inolvidable!
Espero que os haya gustado y muchas gracias por los comentarios :).
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